jueves, 30 de junio de 2011

Abajo el Telon

No a parado de llover, el aire sabe lluvia, huele a lluvia, el sonido de las gotas cayendo brinda un apacible ruido de fondo y por hoy, acalla lo cotidiano de la ciudad, afuera nadie se detiene, todos caminan a pasos acelerados buscando refugio, hay quien mira a través de la ventana un paisaje que le resulta hipnotizante, yo también miro por la ventana, pero no veo al exterior, busco recuerdos dentro de mi.

Las cegadores luces del escenario se apagan por ultima vez, y el presentador a colgado su traje de gala, en una tarde de lluvia han desmontado la carpa y el escenario, todos sumidos en un reflexivo silencio, los recuerdos se convertirán en anécdota y nostalgia, una vez mas sin nada sobre sus cabezas los artistas circenses sienten el temporal en sus cuerpos y levantan la mirada al cielo, preguntándose si alguien o algo mas les brinda esa lluvia como el marco perfecto para su sentir, para decir adiós.

Las maletas están hechas y el momento de partir no se puede demorar mas, fue agradable tener una casa, pero como artistas errantes el camino espera como único hogar, así pues, vamos adelante equilibristas, por hoy, en silencio y un sentimiento derramando el corazón, pero jamás con la cabeza baja, hoy miramos atrás por ultima vez para guardar en el anecdotario de nuestro día a día la ultima imagen de lo que fuera nuestro lugar, nuestra carpa equilibrista, que hoy, baja el telón por ultima vez, con luces y espectáculo dice adiós a todos aquellos que la visitaron en alguna ocasión, a nosotros los equilibristas con sueño que la dejamos, muy a nuestro pesar.

Las sombras de los cinco equilibristas se pierden en el horizonte, afuera no a parado de llover, tampoco dentro de mi, observó al equilibrista rojo y me pregunto que pensara, que complicados pensamientos se desenvolverán en sus interminables tribulaciones, pero hay cosas, que uno nunca logra averiguar.

lunes, 28 de marzo de 2011

Un Nuevo Arribo

El sosiego que solo otorga la soledad cuando se torna apacible, da la claridad para organizar las palabras, que dispersas sin sentido en mi cabeza crean mundos fantásticos o relatan grises sucesos sin sentido como historias épicas.

Hasta ahora la voz del narrador se refugia en los amplios interiores donde fluye libremente, ajena a cualquier mirada que pudiera perturbarla, en la comodidad del encierro recorre eternidades en segundos, vidas enteras se suceden ocultas al exterior; pero tarde o temprano siempre buscamos una salida, antes de que estos mundos creados de la nada se derrumben enterrados en la obscuridad.

El cronista de la realidad, al contrario, jamás calla sus pensamientos, su sentir busca desesperado alguien que entienda el mensaje, para así poder saber que sus ojos no están ciegos del todo y que su desahogo no se pierde como un eco en el vacío , cada vez mas bajo, cada vez mas lejos.

No obstante ambos tienen idénticas voces, pues son parte de un todo incompleto, de un desgastado ser que aún busca las preguntas que le den las respuestas correctas, son parte de esta energía vital a la que llamamos alma, la cual se alimenta, al menos la que yo poseo, en mayor parte de los sentimientos, del resultado de esta imaginación errante.

Habrá que lanzar una piedra al estanque y sentarse a ver las ondas que produce, con suma tranquilidad dejar que el tiempo pase y esperar que la corriente traiga de vuelta buenas nuevas a la orilla, en total silencio pues, me siento y observo ir y venir a todos aquellos que pasan junto a mi, sin entender porqué no tienen tiempo para detenerse, tal vez algún día alguien lo haga y me encuentre sonriente a un costado del camino.